Luz para todos

 

Llega perezoso el río Osum a Berat y cruza la ciudad sin prisa. Observando su escaso caudal en una tarde del mes de julio no resulta fácil imaginar la fuerza que desarrolla en varios parajes de los 161 kilómetros que recorre por el sur de Albania antes de desembocar en la Bahía de Drin, en el mar Adriático.

Nace en el condado de Coriza, cerca de un pueblo llamado Vithkuq, a una altitud de 1050 metros. Corre hacia el sur hasta Kolonjë, donde vira hacia el oeste hasta llegar a Çepan, toma dirección noroeste, cruza Corovodë y atraviesa el Cañón del Osum (Kanioni i Osumit, en albanés), situado a menos de dos horas de esta ciudad.

El curso fluvial discurre entonces entre inmensas paredes verticales. El paisaje rocoso alterna bosques de pinos, arbustos mediterráneos y meandros. «Catedral», «Cabeza de cocodrilo», «Cascada del amor» o «Puerta del demonio», son formaciones rocosas producto de la erosión, con sus correspondientes leyendas que fueron transmitidas de generación en generación.

Cañón del río Osum (Turismo Albania)

El desfiladero tiene 26 kilómetros de largo, con una anchura que oscila entre 1,5 y 35. Estas gargantas pudieron haberse formado hace dos o tres millones de años. Es posible que el Osum fluyese bajo tierra y con el tiempo las cavernas se desplomasen, quedando el curso del río al aire libre.

En invierno corre un torrente de agua que retumba en el valle, en primavera se cubre de pequeñas flores silvestres en tonos lilas, en verano se seca, y llegado el en otoño predominan los colores amarillos, naranjas, marrones y rojizos.

Estaba Albania bajo el dominio del Imperio Otomano cuando fue construido un puente sobre el río Osum, el Puente de Velabishti, pero no era el primer viaducto a su paso por Berat. El viajero y derviche Evliah Çelebi ya lo había mencionado en el siglo XVII. Entonces, consistía en una plataforma de madera asentada sobre una estructura del mismo material. Su traza actual data del siglo XVIII, aunque desde entonces fue objeto de varias reformas para reparar los daños causados por las inundaciones. La última tuvo lugar en 1930.

Puente de Velabishti

Con sus 130 metros de largo, dispone de ocho ventanas que permiten el paso del agua, reduciendo la presión que ejerce sobre los pilares. La reciente construcción de un nuevo viaducto redujo notablemente su uso, pero además de unir las dos orillas, el puente tiene un significado especial, porque el día 6 de enero se convierte en el escenario del Festival de Epifanía y, sobre todo, porque sirve de unión de la línea divisoria entre los dos barrios que forman esta localidad: Gorica, cristiano ortodoxo, y Mangalem, otomano. Y sobre ambos despuntan las murallas de la ciudad amurallada de Kalasa.


Su estructura exterior apenas varió desde el siglo IV antes de nuestra época. Ilirios, romanos, bizantinos y otomanos ocuparon este barrio intramuros. Sus inmensas dimensiones permitieron que albergase una veintena de iglesias y una mezquita (para uso de la guarnición musulmana), de las que hoy sólo quedan las ruinas, además de la base del minarete.


La de Santa María de la Asunción llegó a ser catedral y es actualmente un museo dedicado a Onufri (Onouphiros de Neokastro), en cuyas paredes cuelga una amplia colección de frescos e iconos y trabajos de platería religiosa. A los pies de la muralla, y en su cara exterior, se encuentra la iglesia bizantina de San Miguel (Shën Mëhilli). Llama la poderosamente la atención el busto de grandes proporciones del emperador Constantino El Grande.

Busto del emperador Constantino, en Kalasa


Un pronunciado descenso de doscientos metros desemboca en el río, en cuyos márgenes encuentran acomodo los barrios de Mangalem y Gorica, cuyas viviendas escalan sobre las empinadas laderas del valle que surca el río Osum. Fueron construidas entre los siglos XVIII y XIX y se comunican por un intrincado laberinto de estrechas calles empedradas.

Son construcciones de dos plantas, la baja de piedra y el piso superior pintado de color blanco, con los techos cubiertos con teja de cerámica roja. A un lado y al otro del curso fluvial (a la derecha Gorica y a la izquierda Mangalem) se superponen apiladas unas sobre las otras, como si de una cascada se tratase, de manera que a ninguna le falta la luz y desde sus grandes ventanas era posible controlar la llegada de las mercancías cuando el suministro de bienes o alimentos se realizaba prioritariamente a través del río.


Pese a estar situada en una zona fronteriza, el período de mayor apogeo de Berat fue la Edad Media, una etapa en la que se convirtió en una de las ciudades más prósperas de los Balcanes. A principios del siglo XVI musulmanes y cristianos ortodoxos acogieron a las comunidades judías expulsadas de España por los Reyes Católicos. Berat sufrió un declive, del que se recuperó en el XVII, un tiempo en el que la mayoría de su población era musulmana.

Madrasa, Kalasa

La luz del sol y la luz de la ilustración. La poderosa familia
dinástica de Vlora, durante los siglos XVII y XVIII construyó un sistema de mecenazgo cultural y literario. Hysen Pasha Vlora demostró una nueva perspectiva de la vida urbana y orientó a la élite hacia un modelo fuera del paraguas de las instituciones religiosas. Su hijo Mahmut Pasha contribuyó al desarrollo de una literatura cortesana. Después, el poeta Ismail Pasha Vlora asumió el papel de moderador en la vida pública y cultural. Así, Berat se transformó en el centro literario más importante de los albaneses durante el siglo XVIII. Esta atención y apoyo de la familia dinástica de Vlora hizo que se diferenciara de otras ciudades albanesas de la época, explica Genciana Abazi-Egro en un trabajo titulado “Patrocinio literario de la familia dinástica albanesa Vlora, 1670-1764).

Los cristianos ortodoxos jugaron un papel importante en el renacimiento nacional albanés, a finales del siglo XIX e inicios del XX, y durante la Segunda Guerra Mundial, los sótanos de sus viviendas se convirtieron de nuevo en el refugio de los judíos que trataban de escapar del exterminio promovido por los nazis alemanes y los fascistas italianos, mientras los partisanos contribuían a la derrota del Eje.

Estatua de Margarita Tutulani en Berat

En el barrio de Gorica nació Margarita Tutulani,
 en el año 1925. Cuando Italia invadió Albania, en abril de 1939, salió a la calle a manifestarse. En 1942 se afilió al Partido Comunista y participó en una masiva movilización celebrada el 28 de noviembre del mismo año. Junto con su hermano, Kristaq, fue arrestada el 4 de julio de 1943. Dos días después de haber sido torturados, mientras estaban en prisión, fueron asesinados. Margarita tenía 18 años.

Comenzó entonces a circular una foto de su cuerpo mutilado, y la brutalidad del crimen empujó a los vecinos a unirse a la resistencia. Una estatua de Margarita Tutulani se encuentra en el jardín situado a escasos metros del Puente Nuevo de Berat y la otra está ubicada en el Cementerio Nacional de los Héroes de Albania.

Una vendedora de miel en Kalasa

La destrucción del patrimonio arquitectónico religioso tras el cierre de varios miles de iglesias y mezquitas, una vez que Enver Hoxa (que gobernó entre los años 1944-1985) declaró a Albania la primera nación atea del mundo en 1967, no afectó a esta ciudad porque en el año 1948 el ejecutivo que presidió el dictador comunista había convertido el conjunto de Berat en una ciudad museo.

El Puente Velabishti fue construido a mediados del siglo XVIII por Ismail Pashë Velabishti, gobernante de Vlora y Delvina hasta 1764. Es de piedra caliza, su arquitectura es simétrica y cuenta con una cumbrera. En el centro hay una bóveda con un espacio de luz de once metros.

Además de convertirse en la vía de comunicación entre un barrio habitado por musulmanes y otro por cristianos ortodoxos, sobre su estructura rodaron miles de caravanas y carromatos trasportando mercancías. El transcurrir de los años y la construcción de nuevas vías terrestres para permitir la circulación de los vehículos a motor hizo necesaria su ampliación, cuya contrapartida es el deterioro del viaducto, amortiguado por la construcción del Puente Nuevo.

Cuenta una leyenda que en su estructura hay una mazmorra en la que fue encerrada y murió de hambre una niña entregada como ofrenda para calmar los espíritus que se encargaban de la seguridad del Puente Velabishti. Mejor suerte corrieron los gemelos Stoïa y Ostoïa en otra región de los Balcanes (Bosnia y Herzegovina), emparedados en el puente construido en la misma época sobre el río Drina en Visegrad, porque el arquitecto dejó unas aberturas en los pilares para que su madre pudiese amamantarlos.

Una calle del barrio de Gorica

(Foto de la portada: barrio de Mangalem)





 

 

 


Nómadas
7/16/2023
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